Este ha sido el día que con más calma nos lo hemos tomado todo. Ya no nos queda nada más por ver (estoy segura que eso falso, siempre quedan cosas por ahí escondidas) así que hoy lo hemos dedicado a hacer las últimas compras y a callejear.
Hemos estado en una tienda preciosísima de la muerte en la quinta avenida que se llama “Friends 2be made” (amigos para hacer, o algo así). Allí mi niño me ha regalado para reyes una muñeca. El rollo de esta tienda es el siguiente: tu elijes una muñeca en braguitas, coges un corazón, se lo meten dentro y la rellenan con pelusa de esa de peluches. Entonces elijes la ropa que le vas a poner, zapatos, complementos… la llevas a la peluquería (la mía no ha ido porque seguro que te cobraban jajaja) y le haces un certificado de nacimiento (que por cierto yo no le he hecho). El resultado es el que veis en la foto ¡una muñequita preciosa! Lo reconozco, las muñecas son mi debilidad, soy como una niña pequeña, ¡aix!
Luego hemos entrado en una tienda de la que no recuerdo el nombre donde todos los dependientes y dependientas son modelos. En la entrada había un chaval de color que lo tenían tipo maniquí exibiéndose. Por dentro la luz es tenue, hay música discotequera y los dependientes bailan. Está bien para darse una vuelta pero no me gusta nada la idea que transmieten: “si estás delgadísimo/a eres un buenorro”. O almenos eso he entendido yo porqué había cada tipa…
Se nos han hecho las 5 de la tarde comiendo, y hemos acabado el día callejeando un ratito más por la calle Broadway. Para acabar, un cafetito en un bar de nuestro barrio donde hemos descubierto que “el barrio” no está tan mal (lo hemos descubierto tarde, por cierto). Como veis las fotos que ahora cuelgo no valen casi nada… pero es que lo más bonito ya lo hemos visto y estos últimos días ha sido difícil fotografíar algo decente. Esto se acaba…
Hemos estado en una tienda preciosísima de la muerte en la quinta avenida que se llama “Friends 2be made” (amigos para hacer, o algo así). Allí mi niño me ha regalado para reyes una muñeca. El rollo de esta tienda es el siguiente: tu elijes una muñeca en braguitas, coges un corazón, se lo meten dentro y la rellenan con pelusa de esa de peluches. Entonces elijes la ropa que le vas a poner, zapatos, complementos… la llevas a la peluquería (la mía no ha ido porque seguro que te cobraban jajaja) y le haces un certificado de nacimiento (que por cierto yo no le he hecho). El resultado es el que veis en la foto ¡una muñequita preciosa! Lo reconozco, las muñecas son mi debilidad, soy como una niña pequeña, ¡aix!
Luego hemos entrado en una tienda de la que no recuerdo el nombre donde todos los dependientes y dependientas son modelos. En la entrada había un chaval de color que lo tenían tipo maniquí exibiéndose. Por dentro la luz es tenue, hay música discotequera y los dependientes bailan. Está bien para darse una vuelta pero no me gusta nada la idea que transmieten: “si estás delgadísimo/a eres un buenorro”. O almenos eso he entendido yo porqué había cada tipa…
Se nos han hecho las 5 de la tarde comiendo, y hemos acabado el día callejeando un ratito más por la calle Broadway. Para acabar, un cafetito en un bar de nuestro barrio donde hemos descubierto que “el barrio” no está tan mal (lo hemos descubierto tarde, por cierto). Como veis las fotos que ahora cuelgo no valen casi nada… pero es que lo más bonito ya lo hemos visto y estos últimos días ha sido difícil fotografíar algo decente. Esto se acaba…
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